Velando por el futuro de las jóvenes tuteladas

Hoy, 24 de enero, Día Internacional de la Educación, Luna Frattini, pedagoga y técnica del Servicio de Atención a Familias e Infancia de Associació in via, escribe un artículo de opinión en el Social.cat sobre las jóvenes tuteladas y extuteladas. Lo puedes leer en Social.cat o bien a continuación:

En reiteradas ocasiones, las jóvenes tuteladas y extuteladas quedan al margen del sistema educativo a causa del estigma que ello implica. Este etiqueta, a veces lleva a las jóvenes al fracaso escolar, enlenteciendo su proceso de integración y normalización en la sociedad.

Desde los recursos de acogida se realiza un proceso de análisis de necesidades, para que las jóvenes encuentren sus aspiraciones y objetivos tanto en el ámbito formativo como labora, si así lo desean.

El acceso al sistema educativo formal es relativo al momento en el que se lleve a cabo y la edad de las jóvenes que quieran acceder a él. Si hablamos de centros de educación secundaria, el acceso para las menores es más fácil ya que estas jóvenes tienen que poder recibir una formación y con la red de centros educativos siempre se procura conseguir una plaza disponible en algunos de estos o bien, poder ampliar los ratios.

En el caso de jóvenes tuteladas es importante que, a causa de su situación, se mantenga la confidencialidad y privacidad de ellas para no caer en situaciones que pongan en riesgo a la persona. Por suerte, siempre se puede contar con los equipos de asesoramiento y orientación psicopedagógica del territorio, los cuales son una gran ayuda para encontrar un centro o plaza en la formación que la joven realiza o quiere realizar.

Cuando hablamos de alternativas a la educación secundaria obligatoria, como son los ciclos de grado medio o el plan de transición al trabajo, el proceso es más complejo, ya que muchas veces las plazas y los centros donde se ofrecen son mucho más limitados y la oportunidad de poder continuar con esta formación, una vez trasladadas al centro de acogida, se desvanece.

Aún así, una vez las jóvenes se reincorporan al sistema es imprescindible que se haga un seguimiento y coordinaciones regulares desde el equipo educativo del centro de acogida con los centros educativos, para observar si la joven está cumpliendo con sus objetivos, valorar si el proceso educativo evoluciona correctamente y poder atender las necesidades y complicaciones que puedan llegar a tener las jóvenes.

Son muchas las jóvenes que en consecuencia al estigma de ser tuteladas, se quedan sin su futuro formativo y laboral por el camino. Por este motivo, se tiene que hacer posible que el sistema educativo se adapte a las necesidades de las jóvenes y cree espacios para poder satisfacerlas.


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