“Tengo autonomía y no dependo de nadie económicamente”, Sanae El Kahla, participante del SIF “in via”

Sanae El Khala es una de las participantes del Servicio de Inserción y Formación (SIF) de la Asociación “in via”. Hace casi dos años que llegó a la asociación para realizar un curso de orientación laboral y hoy nos explica su experiencia, coincidiendo con el Día de la Mujer Trabajadora, el 8 de marzo.

De Marruecos a Barcelona

Con 24 años, Sanae decidió dejar la ciudad de Rabat, en Marruecos, para venir a Barcelona y comenzar una nueva vida. Parte de su familia llevaba ya un tiempo viviendo aquí,  y el hecho de estar cerca de los suyos la convenció: “mis hermanas, mi tía y mis primos estaban aquí, y me decían siempre que viniera. Así que al final me convencieron para aventurarme al cambio, y ya llevo 8 años”. A pesar de que los primeros meses fueron muy difíciles porque casi no hablaba nada de castellano ni catalán y no encontraba trabajo, con su esfuerzo aprendió castellano y consiguió trabajar, con lo que después de un año pudo alquilar una habitación para vivir sola. Ahora está aprendiendo catalán con una de las personas a las que cuida, y también les gustaría aprender francés, como sus hermanas.

«La situación laboral de las mujeres en Marruecos ha cambiado en relación a épocas anteriores», nos explica Sanae. Ella estudió un curso de peluquería cuando finalizó la escuela y, como ella, otras chicas de las nuevas generaciones han podido seguir estudiando y trabajar después. Pero nos comenta que, en las familias más tradicionales de su país, las mujeres se casan pronto y no llegan a entrar en el mundo laboral porque en las  las responsabilidades familiares. En su caso, pudo seguir formándose, y estuvo trabajando un tiempo en una peluquería, hasta que sus inquietudes por conocer un país nuevo y estar más cerca de sus hermanas la trajeron hasta Barcelona.

Cuando llegó, se encontró con dificultades para validar el título de peluquería, y se centró en la búsqueda de otros trabajos: “aprendo rápido, por eso buscaba otros trabajos que, a pesar de no estar relacionados con la peluquería, pudiera aprender”. Así pudo entrar en varias casas a trabajar, dando apoyo en las tareas domésticas y posteriormente comenzó con el cuidado y la atención a personas mayores durante media jornada y en algunos casos, como interna las 24 horas del día.

A pesar de que iba encontrando trabajo, Sanae admite que no siempre estaba contenta, ya que se trataba de trabajos poco remunerados con un volumen elevado de tareas, otros no la motivaban lo suficiente… Pero siguió buscando y encontró oportunidades en las que ha estado muy a gusto: “al principio cuando no tienes trabajo te disgustas, o si encuentras pero no ganas lo suficiente tienes que seguir buscando. Ganas confianza cuando puedes trabajar a gusto”.

Ganando confianza

Después de 6 años en Barcelona, Sanae se encontró con “in via”, donde empezó varias formaciones: “cuando me quedé sin trabajo fui a la asistenta social, y me derivó por zona a “in via” para recibir apoyo”. Aquí realizó diferentes cursos de formación para adquirir nuevas herramientas en la búsqueda de trabajo, como el de preparación del Currículum Vitae o el del uso de internet como herramienta de búsqueda.

“Me ha ayudado mucho utilizar el ordenador e internet para encontrar trabajo, porque hoy en día todas las empresas piden que contactes con ellas de forma online. Si no aprendes como hacerlo, cuesta mucho más encontrar ofertas y enviar tu CV”, comenta Sanae, que agradece como los técnicos y voluntarios de las formaciones del SIF, Marta y Pedro, han tenido mucha paciencia con ella y con el resto de asistentes que no están acostumbrados a utilizar las nuevas tecnologías con estos fines.

Además de estas formaciones, consiguió ampliar y validar su experiencia como cuidadora con el curso para la atención de personas mayores a domicilio, también a través de “in via”. Fue entonces cuando recibió respuesta de una residencia de ancianos de la ciudad donde había enviado el CV, y en la que trabajó todo el verano. Actualmente está enviando currículums a otros centros y residencias, en uno de los cuales ya tiene una entrevista.

“al principio cuando no tienes trabajo te disgustas, o si ganas poco y has de seguir buscando. Pero ganas confianza cuando puedes trabajar a gusto”.

Después de trabajar como cuidadora y con su formación y experiencia en este ámbito, Sanae nos comenta que le gusta trabajar con gente mayor, cuidándolos y ayudándolos en su día a día. Es un trabajo en el que se siente a gusto, y en el que ahora está aprendiendo catalán con una de las mujeres a las que ayuda. Además, puede aprovechar el tiempo libre que le dejan sus horarios para compaginar el trabajo con nueva formación.

Para ella, ser una mujer trabajadora es no tener que depender de su hermana, su familia o un marido económicamente, y significa tener más libertad para tomar decisiones y obtener más autonomía en el día a día: “disfruto de más libertad, tengo la autonomía que quiero y no dependo de nadie económicamente… Gracias a Dios tengo trabajo y soy feliz”. A diferencia de su primer año en Barcelona, cuando vivía con su hermana porque no tenía ingresos suficientes, las cosas han cambiado bastante para Sanae,  que está feliz trabajando y ahora vive con su pareja.

Poder trabajar significa también para Sanae liberación: “cuando trabajas bien en un sitio te sientes realizada y estás activa. En casa me sentiría encerrada, no sabría qué hacer e incluso me deprimiría”.

No descarta volver a trabajar de peluquera en un futuro: “para validar mí título de Marruecos he de volver a hacer el curso aquí, y todavía no lo he hecho porque supone bastante dinero. Pero más adelante me planteo hacerlo para volver a una peluquería”. Ya sea ayudando a personas mayores o como peluquera, tiene claro que seguirá viviendo y trabajando en Barcelona, donde ha hecho su vida.


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