«Nedem amb tu»: un proyecto de inclusión para superar los miedos

Para muchas de nosotras, el mar siempre ha representado serenidad y belleza. Caminar descalza junto al agua, sentir cómo las ondas pican contra las rocas, remojarte y sentir cómo la frescura del agua te despierta por dentro es algo maravilloso. Pero, para muchas niñas y chicas migradas, el mar representa todo lo contrario: un gran agujero en el que se han encontrado a la deriva y donde han visto morir ahogadas a muchas de sus compañeras. El agua, fría, las transporta de nuevo a esa travesía que tuvieron que hacer. El agua, para ellas, es peligro, horror y tragedia.

En Associació in via nos encontramos con muchas jóvenes que temen al mar, al agua, y que nunca han tenido la oportunidad de aprender a nadar porque son mujeres.

Es por ello que desde el pasado mes de noviembre, cinco de nuestras jóvenes tuteladas y ex tuteladas participan semanalmente en el proyecto ‘Nedem amb tu’, impulsado por la Fundació Autònoma Solidària de la UAB y con la ayuda de voluntarios y voluntarias de la Creu Roja.

Mediante este proyecto, chicas multiagredidas desde el minuto 1 de sus vidas aprenden no sólo a nadar y superar los miedos que el agua les despierta, sino también a relacionarse en un ambiente universitario y con jóvenes de otros entornos, participando de una vida universitaria que no sabían que existía. Y es que el proceso migratorio de estas chicas no acaba con su llegada a Cataluña: aunque aquí las acogemos, tutelamos y amamos, las dificultades y barreras estructurales y legislativas con las que se encuentran dificultan su recuperación psicoemocional e integración sociolaboral.

Desde que asisten al curso, las 5 chicas menores y mayores de edad acogidas se muestran muy ilusionadas cada jueves por la mañana, cuando preparan la salida hacia el “Nedem amb tu”, explica Dolors Sánchez, subdirectora del Servicio de Atención Integral a las Mujeres de Associació in via. «Las personas que llevan a cabo este proyecto muestran una especial sensibilidad, muy necesaria con las jóvenes que participan», añade Sánchez, consciente de que «no podemos ni imaginar las experiencias vitales» que han vivido muchas de las jóvenes «durante sus procesos migratorios de alto riesgo”.

Gracias a este proyecto, son cinco más las jóvenes que poco a poco están descubriendo la belleza del mar. Y es que, aunque los problemas, las incertidumbres o traumas no se disuelven con el agua, las jóvenes que salen cada jueves de la piscina son más fuertes y más valientes que antes.


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